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27 diciembre 2007

La Asociación Española de Pediatría dice que abortar a las 24 semanas de gestación es un "infanticidio encubierto".

La Asociación Española de Pediatría (AEP) se incorporó ayer al debate que se ha abierto en torno al aborto por medio de un comunicado oficial que reproducimos junto a estas líneas. 

En el texto se califica de «infanticidio encubierto» a aquellos abortos de más de 24 semanas que, como se ha venido denunciando durante estas últimas semanas, se practicaban en numerosas clínicas abortistas privadas, ahora investigadas por la justicia, tanto en Madrid como en Barcelona.
 
El presidente de la AEP, el profesor Alfonso Delgado Rubio, confiesa que para su colectivo «resultan, como mínimo, chocantes» las noticias que se están desvelando sobre las actuaciones de estas clínicas abortistas. «Con nuestro comunicado pretendemos, sobre todo, denunciar la paradoja que se está produciendo ahora mismo en nuestro país. El sistema sanitario está gastando una cantidad ingente de dinero y de medios técnicos y profesionales para cuidar a niños de 24-25 semanas de gestación, mientras permite que estas clínicas practiquen abortos por encima de ese periodo y, por lo que hemos visto, de 30 semanas y más, que ya son niños completamente formados y de un peso elevado».
 
Más de 9.000 pediatras
«Nuestro comunicado -suscrito por más de 9.000 pediatras, casi la totalidad de los que ejercen en España- pretende hacer ver una realidad, y es que esos niños de 24-25 semanas son viables. Salen adelante en un porcentaje altísimo. A partir de los 450 gramos pueden vivir. Por supuesto, en incubadora, con respiración asistida, inducidos pulmonarmente, aplicando medios muy sofisticados y gastando mucho dinero... Pero es algo habitual, diariamente ingresan muchos niños en las unidades de cuidados intensivos prenatales», señala.
«Para los pediatras -recalca-, es especialmente impactante estar salvando a criaturas de 450 gramos cuando en esas clínicas los están matando con un kilo o más». Ya quisieran esos pediatras que sus pacientes estuvieran en muchos casos tan desarrollados.
 
Delgado Rubio insiste en desvestir al comunicado de cualquier intención religiosa o moral: «Es una nota eminentemente técnica. Plasmamos una realidad al margen de creencias religiosas. Representamos a un colectivo muy amplio en el que hay de todo. Pero la ética está por encima de cualquier otra cuestión. Nuestra misión , nuestra principal función, es la de proteger la salud de los niños, incluso antes del nacimiento. Estamos siguiendo a los niños, ya en el seno materno y en muchos casos tratándolos. Uno de nuestros objetivos institucionales es la defensa de la infancia, y creo que este tipo de actividades deben ser consideradas como una forma extrema de maltrato infantil, rechazable desde cualquier creencia».
 
Tampoco desea entrar en la polémica sobre si hay que cambiar o no la ley: «Ésa es una discusión para los políticos. Cada uno de nosotros opinará sobre esto de una forma diferente, pero todos tenemos claro que un feto de 24 semanas es un niño como los que salvamos cada día». Sin embargo, y aunque no se manifieste en este sentido, el comunicado se opone frontalmente a las pretensiones de los grupos abortistas que, a raíz de los escándalos destapados, pretenden que la ley del aborto sea aún más permisible.
 
Actualmente sólo se puede abortar en tres supuestos: hasta las 12 semanas en caso de violación denunciada, hasta las 22 cuando hay malformaciones del feto y sin plazo determinado (el gran coladero) cuando hay peligro de enfermedad física o psíquica para la madre. En todas las clínicas cerradas, tanto las de Madrid como las de Barcelona, los inspectores de Sanidad y la Guardia Civil encontraron informes psiquiátricos firmados con el nombre de la madre en blanco. Se rellenaban en serie, sin realizar los reconocimientos pertinentes. Pues bien, ahora los grupos abortistas pretenden que se instaure una ley de plazos, por la que el aborto sea libre y gratuito hasta las 24 semanas. Para Delgado, a esa frontera que quieren imponer sólo le cabe una definición: «Es un infanticidio encubierto».

Por otra parte, ayer mismo, el presidente del Instituto de Política Familiar, Eduardo Hertfelder, denunció que el aborto es la primera causa de mortalidad en España, con una media de 270 interrupciones voluntarias del embarazo al día, según refleja el «Informe 2007 de política familiar en Europa». Señaló que se prevé que el número de abortos supere por primera vez los 100.000.