Los políticos ante el aborto.
No por sabido los resultados de las investigaciones judiciales a clínicas abortistas han sido menos impactantes. Hasta ahora el juez que investigaba la realidad del aborto era «linchado», actitud que se ha insinuado en el ministro de Sanidad al afirmar que «no podemos volver a los tiempos de la Inquisición, volver a 500 o 300 años atrás. El país que inventó la Inquisición parece que no quiere olvidarse de ella. No puede ser que haya un 5 o un 6 por ciento de personas que quieran ser los inquisidores del resto». Éste es el nivel no sólo moral, sino intelectual, con que se gobierna. No sé qué habrá cambiado, pero el escándalo era -y es- de tal volumen que no podía ocultarse más. Tras veintidós años de aborto legal, la realidad, y no la conjetura ni la valoración subjetiva, es un millón de seres humanos destruidos -¡y cómo se les destruye!-, una realidad que no se mete debajo de la alfombra así como así.
Pero el interés electoral aconseja «gestionar» cautamente tan incómodo y desagradable asunto. El Gobierno se da por enterado y alega que se trata de excepciones a una «ley que ha funcionado bien», según el ministro de Sanidad. Durante estos años ciertamente se ha negado a reformar la ley del aborto para ir a una ley de plazos tal y como propone la izquierda más salvaje, pero ¿para qué hacerlo si, de hecho, tenemos aborto libre? Las clínicas investigadas habrían pecado quizás de exceso de confianza en un ambiente de impunidad. Va de suyo que esa idea de introducir en el programa electoral una reflexión sobre la actual ley supone dejar para más adelante el asunto. Y ese momento llegará si se mantiene en el poder.
También ha pillado con el paso cambiado al PP. El aborto le incomoda, le impide lucirse como partido moderado, de centro. Una reacción contraria a la ley que ha posibilitado esta matanza le identificaría en su imaginario con el lado más intolerante con que se le suele presentar. Como el Gobierno, no quiere incomodar a ese electorado de centro del que dependen las elecciones. Una propuesta de «ir a más» quizás asustase ahora a ese votante, pudoroso y políticamente correcto que ante la realidad de fetos progresistamente despedazados mira a otro lado. Pero una rebaja en esa ley, le haría pensar en el PP como partido reaccionario.
Parafraseando a Al Gore, esta sí que es una verdad incómoda. Pocos desde el rigor científico niegan que desde la concepción haya un ser humano y que si la gestación se interrumpe, un ser humano que podría nacer ya no estará con nosotros: esto es otro hecho no una hipótesis. Por eso lo escalofriante es que los partidos políticos «gestionan» esa realidad desde la frialdad del cálculo electoral: es lo que cuenta y no la vida humana. Que lo haga la izquierda entra en su lógica, pero más dramática es la actitud del PP. En sus ocho años de Gobierno no se planteó algo parecido a un «¿podemos seguir conviviendo con esta matanza?, ¿es compatible con nuestra ideología que la vida humana no esté amparada?». Su hiriente y recalcitrante conservadurismo hace que el Partido Socialista traiga aborto, «matrimonio» homosexual, divorcio «exprés», clonación, experimentación con embriones, etc a sabiendas de que el PP, si gobierna, no rectificará. Forjar la nueva sociedad, el nuevo sentido común, la nueva escala de valores es tarea de la izquierda. La del PP es ser mero gestor de esa herencia.
No he oído estos días a partido alguno que vaya a comprometerse con la protección de la vida humana desde la concepción. El PP ha coincidido con el Gobierno en que se cumpla la ley, pero nada de derogar una norma que ya sabemos a qué conduce. ¿Eso es tactismo?,¿se estará reservando para después y no quiere ahora enseñar sus cartas? La experiencia dice que no es así, lo dramático es que sabemos a ciencia cierta dos cosas: una, que si el POSE repite victoria, su cautela sí que será aparente pues reformará -a peor- la ley del aborto y dos, que lo que haga en ese como en otros temas -por ejemplo, eutanasia- quedará consolidado, petrificado, pues el PP no cambiará nada.
El PP no capta que va cuajando una mentalidad que no admite estos desvaríos y que si no ve en él una alternativa firme para enderezar una sociedad que va con el timón roto, si no ve en el PP el partido que lidere valores como la vida o la familia -no entro en otros no menos relevantes- frente a una izquierda sin escrúpulos, acabará rompiendo por considerarlo un partido inútil. «España es un país de izquierdas» es su coartada derrotista y comodona. No capta que toda esa degeneración consolida una mentalidad utilitarista, relativista, sin principios, que ni se identificará con él ni le votará, salvo que la vocación del PP sea la de técnico de mantenimiento: descompuesta la economía se le llama, pone en orden las cuentas y hecho esto, gracias y adiós. Si es así que lo diga porque hay quienes exigen mucho más.
Artículo de José Luis Requero en La Razón.
4 Comments:
At 10:11 a. m., Anónimo said…
Es falso que no exista ningún partido que defienda la vida. Está claro que ni PSOE ni PP lo van a hacer nunca por sus vergonzantes cálculos electorales. Pero los ciudadanos sí estamos obligados a votar en conciecia al Partido Familia y Vida. La única forma de hacer ver a los políticos que la mayoría de los ciudadanos queremos acabar con el crimen del aborto es votando con el corazón, sin cálculos electorales. Votar no es elegir, sino proponer.
At 10:26 p. m., Anónimo said…
Es ingenuo creer que por votar a Familia y Vida las cosas van a cambiar. Lo que hay que hacer es meterse en el PP y escalar a puesto de responsabilidad política para poder actuar eficazmente contra la lacra del aborto, entre otros asuntos de igual calado.
La política es prágmatismo ideológico social y no un ideario personal al que adherirnos. No confundamos politica con moral.
Lorenzo Dominguez (Zaragoza)
At 10:58 p. m., Raúl Sempere Durá said…
Debo confesarle que yo antes pensaba igual que usted. Pero, tras 8 años de gobiernos de Aznar en los que nadie nunca ha movido ni un dedo por la vida de los no nacidos, lo que me parece ingenuo es seguir creyendo que, si llegara al poder, el PP haría algo contra el aborto.
Además, ahí están los recientes escándalos de las clínicas abortistas. ¿Dónde están las declaraciones del PP contra esa barbarie? ¿Qué ha dicho Rajoy respecto a una ley que permite el aborto libre? Se precipitó a decir que "la ley está bien como está".
Pienso que los tibios nunca llegarán a nada. A la muerte miles de niños inocentes no se puede enfrentar uno con rodeos, sino de frente.
¿Qué le hace pensar que a partir de ahora el PP defenderá la vida de los no nacidos? ¿Alguien conoce algún indicio, por pequeño que sea, que me haga creer que el PP va a comenzar a defender la vida?
At 11:58 a. m., Fandez said…
"La política es prágmatismo ideológico social y no un ideario personal al que adherirnos. No confundamos politica con moral"
Patético. La política debe ser algo al servicio del pueblo, de la persona y de la vida. Pensé en desmarcarme del debate electoral porque no pensaba que hubiera alternativa, pero hoy sé que hay otra forma de pensar: un partido que lucha por la vida desde el comienzo hasta el fin, por erradicar de nuestro país a todos esos politicuchos ladrones (¿cuántos escándalos económicos han protagonizado ambos partidos?). Este partido se llama SAIn: leed su programa político y aprended lo que es política. Respecto al aborto, os dejo un enlace a mi blog con mi opinión: http://juanferrub.blogspot.com/2008/01/sobre-el-aborto.html
un saludo
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