La Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida recuerda que "ningún católico puede admitir el aborto".
Análisis Digital - 15/03/2008
La Conferencia Episcopal Española (CEE) pidió ayer, con motivo de la celebración, el 31 de marzo, de la VII Jornada por la Vida, la abolición de la ley del aborto en la primera comunicación pública de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, desde la celebración de elecciones en la institución, hace dos semanas. La nota recuerda a los fieles "sus obligaciones morales y de conciencia" por las que "ningún católico ni en el ámbito privado ni público, puede admitir en ningún caso prácticas como el aborto".
La subcomisión, presidida por el obispo de Cartagena, monseñor Juan Antonio Reig Pla, que repite en el cargo por cuarto trienio consecutivo y que también forma parte de la Subcomisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, encabezada por el arzobispo de Valencia, cardenal Agustín García-Gasco, afirma que "la ley del aborto debe ser abolida, al tiempo que hay que apoyar eficazmente a la mujer, especialmente con motivo de su maternidad, creando una nueva cultura donde las familias acojan y promuevan la vida. Una alternativa importante es la adopción".
Además, citando el discurso de Benedicto XVI ante la asamblea general de la Academia Pontificia para la Vida, los obispos españoles ponen de manifiesto que "no puede sostenerse que el aborto es inadmisible para un católico, pero que esto no obliga al que no lo es". "Al contrario, el cristiano está continuamente llamado a movilizarse para afrontar los múltiples ataques a que está expuesto el derecho a la vida". "Sabe –añade la nota- que en eso puede contar con motivaciones que tienen raíces profundas en la ley natural y que por consiguiente pueden ser compartidas por todas las personas de recta conciencia".
Por ello, la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida sostiene que "nunca se puede legitimar la muerte de un inocente" e invita a los fieles a elevar "su oración al Señor para que ilumine la conciencia de nuestros conciudadanos, especialmente la de los políticos" y agrega que “el Dios de la vida les ayude a comprender y remediar el enorme drama humano que el aborto supone para el niño en el seno de su madre, para la propia madre, y para la sociedad entera".
La nota explica que "en su constante progreso, la ciencia afirma cada vez con más fuerza que desde la fecundación tenemos una nueva vida humana, original e irrepetible, con una historia y un destino únicos", y recoge de nuevo las palabras de Benedicto XVI, esta vez pronunciadas en el Ángelus del pasado 3 de febrero, cuando afirmó que "es compromiso de todos acoger la vida humana como don que se debe respetar, tutelar y promover, mucho más cuando es frágil y necesita atención y cuidados, sea antes del nacimiento, sea en su fase terminal".
En este sentido, los obispos inciden en que la "vida que tiene que ser acogida, respetada y amada: es compromiso de todos acoger la vida humana como don que se debe respetar, tutelar y promover, mucho más cuando es frágil y necesita atención y cuidados, sea antes del nacimiento, sea en su fase terminal".
La nota está firmada por el propio monseñor Reig Pla, el presidente de la CEAS, monseñor Julián Barrio Barrio; monseñor Francisco Gil Hellín, monseñor Vicente Juan Segura y monseñor Manuel Sánchez Monge.
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