Campanas de Libertad

un vistazo a lo más interesante de la actualidad

31 diciembre 2007

Los políticos ante el aborto.

No por sabido los resultados de las investigaciones judiciales a clínicas abortistas han sido menos impactantes. Hasta ahora el juez que investigaba la realidad del aborto era «linchado», actitud que se ha insinuado en el ministro de Sanidad al afirmar que «no podemos volver a los tiempos de la Inquisición, volver a 500 o 300 años atrás. El país que inventó la Inquisición parece que no quiere olvidarse de ella. No puede ser que haya un 5 o un 6 por ciento de personas que quieran ser los inquisidores del resto». Éste es el nivel no sólo moral, sino intelectual, con que se gobierna. No sé qué habrá cambiado, pero el escándalo era -y es- de tal volumen que no podía ocultarse más. Tras veintidós años de aborto legal, la realidad, y no la conjetura ni la valoración subjetiva, es un millón de seres humanos destruidos -¡y cómo se les destruye!-, una realidad que no se mete debajo de la alfombra así como así.
Pero el interés electoral aconseja «gestionar» cautamente tan incómodo y desagradable asunto. El Gobierno se da por enterado y alega que se trata de excepciones a una «ley que ha funcionado bien», según el ministro de Sanidad. Durante estos años ciertamente se ha negado a reformar la ley del aborto para ir a una ley de plazos tal y como propone la izquierda más salvaje, pero ¿para qué hacerlo si, de hecho, tenemos aborto libre? Las clínicas investigadas habrían pecado quizás de exceso de confianza en un ambiente de impunidad. Va de suyo que esa idea de introducir en el programa electoral una reflexión sobre la actual ley supone dejar para más adelante el asunto. Y ese momento llegará si se mantiene en el poder.
También ha pillado con el paso cambiado al PP. El aborto le incomoda, le impide lucirse como partido moderado, de centro. Una reacción contraria a la ley que ha posibilitado esta matanza le identificaría en su imaginario con el lado más intolerante con que se le suele presentar. Como el Gobierno, no quiere incomodar a ese electorado de centro del que dependen las elecciones. Una propuesta de «ir a más» quizás asustase ahora a ese votante, pudoroso y políticamente correcto que ante la realidad de fetos progresistamente despedazados mira a otro lado. Pero una rebaja en esa ley, le haría pensar en el PP como partido reaccionario.
Parafraseando a Al Gore, esta sí que es una verdad incómoda. Pocos desde el rigor científico niegan que desde la concepción haya un ser humano y que si la gestación se interrumpe, un ser humano que podría nacer ya no estará con nosotros: esto es otro hecho no una hipótesis. Por eso lo escalofriante es que los partidos políticos «gestionan» esa realidad desde la frialdad del cálculo electoral: es lo que cuenta y no la vida humana. Que lo haga la izquierda entra en su lógica, pero más dramática es la actitud del PP. En sus ocho años de Gobierno no se planteó algo parecido a un «¿podemos seguir conviviendo con esta matanza?, ¿es compatible con nuestra ideología que la vida humana no esté amparada?». Su hiriente y recalcitrante conservadurismo hace que el Partido Socialista traiga aborto, «matrimonio» homosexual, divorcio «exprés», clonación, experimentación con embriones, etc a sabiendas de que el PP, si gobierna, no rectificará. Forjar la nueva sociedad, el nuevo sentido común, la nueva escala de valores es tarea de la izquierda. La del PP es ser mero gestor de esa herencia.
No he oído estos días a partido alguno que vaya a comprometerse con la protección de la vida humana desde la concepción. El PP ha coincidido con el Gobierno en que se cumpla la ley, pero nada de derogar una norma que ya sabemos a qué conduce. ¿Eso es tactismo?,¿se estará reservando para después y no quiere ahora enseñar sus cartas? La experiencia dice que no es así, lo dramático es que sabemos a ciencia cierta dos cosas: una, que si el POSE repite victoria, su cautela sí que será aparente pues reformará -a peor- la ley del aborto y dos, que lo que haga en ese como en otros temas -por ejemplo, eutanasia- quedará consolidado, petrificado, pues el PP no cambiará nada.
El PP no capta que va cuajando una mentalidad que no admite estos desvaríos y que si no ve en él una alternativa firme para enderezar una sociedad que va con el timón roto, si no ve en el PP el partido que lidere valores como la vida o la familia -no entro en otros no menos relevantes- frente a una izquierda sin escrúpulos, acabará rompiendo por considerarlo un partido inútil. «España es un país de izquierdas» es su coartada derrotista y comodona. No capta que toda esa degeneración consolida una mentalidad utilitarista, relativista, sin principios, que ni se identificará con él ni le votará, salvo que la vocación del PP sea la de técnico de mantenimiento: descompuesta la economía se le llama, pone en orden las cuentas y hecho esto, gracias y adiós. Si es así que lo diga porque hay quienes exigen mucho más.

Artículo de José Luis Requero en La Razón.

29 diciembre 2007

Mariano Rajoy y el aborto.

Lo que el PP debería hacer pero no hará.
La situación de Mariano Rajoy ante el aborto se parece a la de Andalla en Gran hermano. En la actual edición de Gran Hermano, el exitoso reality de Telecinco, Andalla, el concursante senegalés musulmán, ha sido expulsado de la casa –contra pronóstico- en gran parte debido a sus opiniones acerca de la homosexualidad. Cometió la imprudencia de decir que, para él, la homosexualidad era algo antinatural y que hacía daño a la sociedad. Varios de sus compañeros, más cautos, se han cuidado muy mucho de expresar en público opiniones políticamente incorrectas y que pudieran incrementar la probabilidad de ser expulsados: para ellos, es más importante ganar el concurso que ser ellos mismos y decir sin miedo lo que piensan, sean cuales sean las consecuencias de sus palabras. Andalla ha seguido una política bien distinta.
A las agresivas preguntas de la super-progre Mercedes Milá, Andalla ha respondido con aplomo que él no es homófobo en absoluto y que tiene amigos que son homosexuales; pero sigue manteniendo que la homosexualidad es una tendencia antinatural, y que no se arrepiente de haberlo dicho, aunque ello haya podido ser el motivo principal de su expulsión.

Viene todo esto al caso porque Mariano Rajoy se encuentra actualmente en una tesitura semejante a la que afrontó este concursante de Gran Hermano hace unas semanas. El escándalo provocado por las prácticas de carnicería médica realizadas en las clínicas abortistas de Carlos Morín ha devuelto el tema del aborto al primer plano del debate público nacional. Y se trata de un escándalo de tal naturaleza, que debería obligar a que Rajoy se pronunciara, aunque ya sabemos que los políticos suelen rehuir los temas espinosos, especialmente en época electoral. La posición del PSOE al respecto resulta bastante cómoda: si seguimos con la ley de los tres supuestos aprobada en 1985, y dado que existe de hecho un consenso político y judicial tácito en permitir que el tercero de ellos sirva para dar cobertura legal a cualquier voluntad de abortar, tenemos, en la práctica –aunque no en la ley-, una situación de aborto libre; y, mientras tanto, se pueden lanzar de vez en cuando, y con cautela, globos sonda para palpar el ambiente y comprobar si la sociedad española está ya suficientemente madura para aceptar en este delicado tema un franco cambio legislativo.

En cambio, la posición del PP es mucho más incómoda. Al Partido Popular se le supone, de entrada, una posición contraria al aborto. Pero la realidad es que, durante los ocho años de gobierno de Aznar, no se hizo nada no ya para cambiar la legislación, sino para que la ley de 1985 realmente se cumpliese en sus términos estrictos, de modo que se evitara el desmadre abortista de facto al que daba lugar el famoso tercer supuesto. Por su parte, Mariano Rajoy, que ha hablado de muchas cosas durante los últimos cuatro años, ha mantenido la boca bien cerrada en el tema del aborto, salvo para decir que, si gana las próximas elecciones, no cambiará nada en su actual regulación, porque “existe al respecto un amplio consenso social”. Pragmático como es, Rajoy, secundado por sus asesores, calcula que, electoralmente, en la cuestión del aborto tiene poco que ganar y mucho que perder: porque, si se moja demasiado contra el aborto, va a parecer “demasiado de derechas” y excesivamente afín a la Iglesia Católica, y entonces le estará proporcionando al PSOE un inmejorable punto de apoyo para una temible demagogia. Y, claro, como para Rajoy lo principal, lo absolutamente prioritario, es ganar como sea –Zapatero dixit: ¿recuerdan?- las elecciones…

Hay que retratarse

Hay situaciones en las que un político no puede escurrir el bulto y pretender salirse por la tangente; situaciones embarazosas en las que es obligatorio retratarse. Por ejemplo, Zapatero, después del atentado de la T-4, al decir que “suspendía” los contactos con ETA y esconderse en Doñana a ver si amainaba el temporal, se retrató, efectivamente, como un auténtico cobarde: ya sabíamos –Rajoy, ahí con acierto, nos dio la fórmula verbal- que era un “bobo solemne”, pero tras el bombazo de Barajas pudimos comprobar cómo nuestro presidente, ante las situaciones comprometidas, practica, con descaro y sin perder su sempiterna sonrisa, la política del avestruz. Ahora le toca el turno a Rajoy.

¿Qué es lo que realmente preocupa hoy al equipo de Rajoy? Los sondeos demoscópicos, las encuestas de intención de voto, que Mariano salga simpático y moderno en Internet. ¿Y el tema del aborto? ¡Huy, peligro! De eso, mejor ni una palabra. Punto en boca. Que las cosas sigan como están. De momento, vamos a intentar ganar las elecciones. Y después… después, nada. A seguir mirando para otro lado y permitiendo que, en las clínicas abortistas españolas, se hagan cosas que claman al cielo: todo con tal de situarse en el paraíso centrista, que los del PP son una gente muy civilizada. Y, además –Rajoy dixit-, como existe ese “amplio consenso” y el tema del aborto no provoca un excesivo alboroto social… Pues lo dicho: a prometer bajadas de impuestos y cuatro chorradas políticamente correctas, a cruzar los dedos y a ver si la cosa cuela y podemos descorchar el champán la noche de las elecciones.

Pero esa noche, don Mariano, a la misma hora en que usted a lo mejor se asoma al balcón de Génova y escucha, exultante, cómo las masas peperas vitorean “¡Se dice, se siente, Mariano presidente!”, las clínicas abortistas españolas, amparadas por la culpable pasividad del PP, seguirán practicando interrupciones voluntarias del embarazo que –usted lo sabe- están absolutamente fuera no ya de la ley vigente –que también-, sino de los principios deontológicos más elementales. A ver, don Mariano: retrátese usted, demuéstreme que no es tan cobarde y cínico como Zapatero. Convénzame de que debo votarle: porque, de momento, no pienso hacerlo. Lo tiene usted muy fácil: basta con que diga que, si gana las elecciones, su gobierno va a tener, entre sus más urgentes prioridades, crear en España las condiciones de todo tipo necesarias para que, por el bien de todos –empezando por el de las madres que abortan- se reduzca drásticamente el número de abortos y para que los que se practiquen –aunque uno solo ya es demasiado- cumplan de manera estricta la legislación vigente. Que, para usted, el más importante indicador de que España progresa no va a ser la cantidad de hogares conectados a Internet, sino la disminución del número anual de abortos.

Y añada usted, por favor, si se atreve, que le da igual que, por decir esto, pueda perder las elecciones. Que no quiere ser presidente de un país en el que es posible que, por decir tales cosas, un candidato pierda las elecciones. Entonces, don Mariano, tendría usted no sólo mi voto, sino mi adhesión incondicional. Y una admiración que actualmente, por desgracia, tanto yo como muchos otros estamos muy lejos de sentir hacia su persona.

Artículo de Antonio Martínez leido en El Manifiesto.

27 diciembre 2007

La Asociación Española de Pediatría dice que abortar a las 24 semanas de gestación es un "infanticidio encubierto".

La Asociación Española de Pediatría (AEP) se incorporó ayer al debate que se ha abierto en torno al aborto por medio de un comunicado oficial que reproducimos junto a estas líneas. 

En el texto se califica de «infanticidio encubierto» a aquellos abortos de más de 24 semanas que, como se ha venido denunciando durante estas últimas semanas, se practicaban en numerosas clínicas abortistas privadas, ahora investigadas por la justicia, tanto en Madrid como en Barcelona.
 
El presidente de la AEP, el profesor Alfonso Delgado Rubio, confiesa que para su colectivo «resultan, como mínimo, chocantes» las noticias que se están desvelando sobre las actuaciones de estas clínicas abortistas. «Con nuestro comunicado pretendemos, sobre todo, denunciar la paradoja que se está produciendo ahora mismo en nuestro país. El sistema sanitario está gastando una cantidad ingente de dinero y de medios técnicos y profesionales para cuidar a niños de 24-25 semanas de gestación, mientras permite que estas clínicas practiquen abortos por encima de ese periodo y, por lo que hemos visto, de 30 semanas y más, que ya son niños completamente formados y de un peso elevado».
 
Más de 9.000 pediatras
«Nuestro comunicado -suscrito por más de 9.000 pediatras, casi la totalidad de los que ejercen en España- pretende hacer ver una realidad, y es que esos niños de 24-25 semanas son viables. Salen adelante en un porcentaje altísimo. A partir de los 450 gramos pueden vivir. Por supuesto, en incubadora, con respiración asistida, inducidos pulmonarmente, aplicando medios muy sofisticados y gastando mucho dinero... Pero es algo habitual, diariamente ingresan muchos niños en las unidades de cuidados intensivos prenatales», señala.
«Para los pediatras -recalca-, es especialmente impactante estar salvando a criaturas de 450 gramos cuando en esas clínicas los están matando con un kilo o más». Ya quisieran esos pediatras que sus pacientes estuvieran en muchos casos tan desarrollados.
 
Delgado Rubio insiste en desvestir al comunicado de cualquier intención religiosa o moral: «Es una nota eminentemente técnica. Plasmamos una realidad al margen de creencias religiosas. Representamos a un colectivo muy amplio en el que hay de todo. Pero la ética está por encima de cualquier otra cuestión. Nuestra misión , nuestra principal función, es la de proteger la salud de los niños, incluso antes del nacimiento. Estamos siguiendo a los niños, ya en el seno materno y en muchos casos tratándolos. Uno de nuestros objetivos institucionales es la defensa de la infancia, y creo que este tipo de actividades deben ser consideradas como una forma extrema de maltrato infantil, rechazable desde cualquier creencia».
 
Tampoco desea entrar en la polémica sobre si hay que cambiar o no la ley: «Ésa es una discusión para los políticos. Cada uno de nosotros opinará sobre esto de una forma diferente, pero todos tenemos claro que un feto de 24 semanas es un niño como los que salvamos cada día». Sin embargo, y aunque no se manifieste en este sentido, el comunicado se opone frontalmente a las pretensiones de los grupos abortistas que, a raíz de los escándalos destapados, pretenden que la ley del aborto sea aún más permisible.
 
Actualmente sólo se puede abortar en tres supuestos: hasta las 12 semanas en caso de violación denunciada, hasta las 22 cuando hay malformaciones del feto y sin plazo determinado (el gran coladero) cuando hay peligro de enfermedad física o psíquica para la madre. En todas las clínicas cerradas, tanto las de Madrid como las de Barcelona, los inspectores de Sanidad y la Guardia Civil encontraron informes psiquiátricos firmados con el nombre de la madre en blanco. Se rellenaban en serie, sin realizar los reconocimientos pertinentes. Pues bien, ahora los grupos abortistas pretenden que se instaure una ley de plazos, por la que el aborto sea libre y gratuito hasta las 24 semanas. Para Delgado, a esa frontera que quieren imponer sólo le cabe una definición: «Es un infanticidio encubierto».

Por otra parte, ayer mismo, el presidente del Instituto de Política Familiar, Eduardo Hertfelder, denunció que el aborto es la primera causa de mortalidad en España, con una media de 270 interrupciones voluntarias del embarazo al día, según refleja el «Informe 2007 de política familiar en Europa». Señaló que se prevé que el número de abortos supere por primera vez los 100.000.

26 diciembre 2007

Conciencia anestesiada.

por Dánel Arzamendi.

La secuencia de detenciones practicadas entre el personal de diversas clínicas abortistas de Barcelona y Madrid ha devuelto a la palestra la regulación vigente en España de acuerdo con la eufemística ley de interrupción del embarazo. El auténtico coladero que la introducción de la causa psicológica iba a suponer en este asunto era un secreto a voces que hasta los mayores defensores de esta norma reconocían en privado. Parece evidente que nos encontramos ante la punta de un iceberg, tolerado o incluso promovido por aquellos responsables que se han dedicado a hacer la vista gorda durante los últimos años. Porque no me vale el autobombo de algunas autoridades al señalar que esta investigación demuestra el interés del aparato público por hacer cumplir la ley, desde el mismo momento en que estas informaciones ya se habían difundido en diversos países europeos por televisión hacía meses, y que la incitación de estas actuaciones se ha debido a una denuncia privada, no a la actuación de oficio de los aparatos jurisdiccionales y policiales, como debía haber ocurrido.

Puedo intentar comprender a quien defienda la necesidad de despenalizar algunos supuestos en aras de un supuesto mal menor, aunque no lo comparta en absoluto. Lo que no me cabe en la cabeza es la falta de entrañas demostrada por algunos a raíz de este escabroso episodio, anulando su sentido humanitario más básico al poner por delante la ideología y el afán de lucro como únicos referentes de su insensible discurso. Sólo desde esta perspectiva se entiende la corporativista reacción del colectivo de clínicas abortivas, preocupadas exclusivamente por hacer caja, aunque era yo el que pecaba de ingenuo al esperar otra contestación de semejante sector.

Aún más me impresionó la entrevista concedida a la SER por la portavoz de una asociación feminista de la ciudad condal, en la que sostenía que el proceso abierto contra estos centros estaba siendo sobredimensionado, y que todo este asunto no era más que una campaña de la ultradopiserecha. Mientras esta representante defendía la despenalización total del aborto, el entrevistador sugirió la necesidad de establecer unos plazos para su ejercicio, recibiendo como contestación que vale, que quizás habría que transigir con ello, dejando entrever que si de ella dependiera no debería establecerse impedimento alguno. Es decir: le traía sin cuidado.

¿Qué inmundicia ética recorre las entrañas de una persona para que le traiga al pairo que se mate a un feto de siete u ocho meses, perfectamente viable si decidimos ponerlo en una incubadora en vez de desmembrarlo en una trituradora para arrojarlo por el desagüe? No nos encontramos ante un simple caso de aborto ilegal, sino ante un auténtico infanticidio en masa.

Siempre me ha llamado la atención cómo las civilizaciones teóricamente más adelantadas de cada época han padecido alguna incomprensible laguna ética, opaca a la sensibilidad que caracterizaba a sus ciudadanos, sedados por una especie de anestesia local moral, compatible con un tratamiento humanamente notable en el resto de cuestiones que se les planteaban. Durante la época romana, los autores de las bases jurídicas que fundamentan nuestras actuales legislaciones toleraban sin inmutarse unos espectáculos públicos que hoy nos horrorizarían.

Las potencias europeas combinaron incoherentemente sus esfuerzos en defensa de los derechos y libertades con abusos incontables en sus colonias. Caso paradigmático es el de la avanzadísima Alemania de los años 30 y 40, cuya población convivió mayoritariamente con el brutal antisemitismo nazi mirando para otro lado en el mejor de los casos. Puede que dentro de unas décadas, espero que pocas, nuestros nietos nos pregunten qué hacíamos mientras millones de fetos eran exterminados en clínicas como las que ahora están siendo investigadas, entre la aprobación expresa de unos y el silencio cómplice de otros. ¿Qué les responderemos?

24 diciembre 2007

Esta noche nace Jesús.

23 diciembre 2007

Cuento de Navidad: la gran exclusiva.

Por Remedios Falaguera Silla.

“Despiértate, hombre: porque por ti Dios se ha hecho hombre”

- Miriam, tienes que estar preparada para presentar la noticia de tal manera que la opinión pública se conmueva y reaccione ante todas estas barbaries. La imagen de una mujer lapidada, la soledad de un anciano, las emboscadas de los caminantes, niños que mueren por falta de medios sanitarios, el dolor de un campesino… son noticias que pasan desapercibidas, pero que tienen unos efectos inmediatos no solo sobre nuestras conciencias sino también en nuestros sentimientos y nuestras acciones.

Miriam, una joven estudiante de periodismo, sabe muy bien que en el entramado de su futura profesión hay noticias que viajan sin control, que traspasan fronteras y que se filtran en la vida de los pueblos sin saber muy bien la razón.

Es más, Joseph, el viejo redactor jefe de Jerusalem Journal, no pasa un día sin que le aleccione sobre ello.

Miriam se sentía feliz. ¡Qué suerte tener un maestro como Joseph! Tal vez algún día, soñaba la joven estudiante, si seguía los consejos del buen maestro, llegaría a ser la más joven y famosa periodista merecedora del premio Pulitzer. ¿Tendría la suerte de ser portavoz de esa gran exclusiva de la historia?
Una mañana, al llegar a la redacción, se encontró a Joseph preocupado y cabizbajo.

-¿Te pasa algo? , le pregunta con cariño.

-No sé, Miriam. Estoy preocupado. Hay una serie de noticias que me tienen un poco aturdido y no sé cómo interpretar. El corresponsal en el extremo Oriente y el los reinos de Saba me informan de inquietantes movimientos. Se está iniciando una gran movilización de Reyes poderosos y sabios para dirigirse a algún lugar cercano a Jerusalén. Nadie conoce la causa, ni las razones. Es más, las fuentes habituales de informadores no tienen ni la más ligera idea del destino de la marcha. ¿Qué buscan? ¿A quién? ¡Es todo tan complejo, tan incierto!

Y, mientras le prepara un café, Joseph le explica que esto puede convertirse en una crisis socioeconómica sin precedentes, que los poderosos están inquietos y que no le han dejado de presionar por teléfono durante horas para que me entere de lo que ocurre.


Miriam lo mira y sonríe. Es el momento que estaba esperando.

- Joseph, dame una oportunidad, por favor. Sabes muy bien que cualquier periodista que se precie sueña con la exclusiva de su vida. ¿Te parece bien que investigue un poco a ver de qué me entero?

Joseph la observa con orgullo y le responde:

-De acuerdo, estas preparada. Pero no me falles. Ya sabes que el Jerusalem Journal se juega mucho en esto.

Esa misma tarde, nuestra intrépida Miriam, cámara en mano y mochila al hombro, sale de la redacción en busca de la exclusiva. La satisfacción personal que siente al pensar que puede ser ella la que ofrezca al lector la gran primicia que todos los demás ignoran, hace que le palpite más deprisa el corazón.

Pero, ¿por dónde empezar?

-Si Joseph estuviera en mi lugar, seguramente, empezaría utilizando sus fuentes, se acercaría a los poderosos e, incluso, se camuflaría, no tengo miedo, en redes complejas y peligrosas para saber, cómo, porqué y dónde se dirigen los Magos.

De todas formas tiene una intuición. Ha oído rumores. Sabe que hay un grupo clandestino, una resistencia ciudadana, que espera el momento adecuado para iniciar sus acciones contra el gobierno. Todos saben lo que dicen las escrituras: " Y tú Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo, que será pastor de mi pueblo Israel”.

- ¿Clanes? ¿Caudillo? No me extraña que el rey tenga miedo. ¿Se trata de una conspiración contra él? ¿Estarán en peligro las relaciones internacionales? ¿Se levantará el pueblo contra las injusticias de los poderosos?

Le daba vueltas la cabeza. ¿En qué lío me he metido?, pensaba. Bueno, la decisión está tomada y tengo la responsabilidad de responder a la promesa hecha a Joseph. El se lo merece.

Y, ni corta ni perezosa, se dirige a la región de Belén. Tiene claro que la respuesta la encontrará allí.

Al llegar la noche y cansada del viaje, piensa en su madre.

- ¡Cuanta razón tiene, mecachis! Mira que me ha repetido que el camino era largo y que me asegurara un albergue para descansar. Y, además, me he dejado la bolsa de la comida sobre la mesa de la cocina. ¿Cuando me daré cuenta que no es una pesada y que solo piensa en mí y en lo que es mejor para mí? Lo primero que voy a hacer cuando regrese será darle un beso y decirle: “Gracias por ser como eres, mamá”.

Bueno, a lo que íbamos. Cerca del camino, Miriam se encontró a un grupo de pastores, personas despreciadas e indignas de confianza por aquellos lares. Estaba tan congelada y hambrienta que no le importó quedarse con ellos al calor de la hoguera.

De repente, una “figurita” pequeña y sonriente se acercó al pequeño grupo. Todos los que allí nos encontrabamos le mirabamos desconcertados. ¿De dónde ha salido? ¿Quién será?

- ¡Exclusiva!, ¡exclusiva! ¡Ha nacido el Niño Jesús, el Salvador del mundo! ¡Levantaos, rápido. Venid a conocerlo!, nos dijo.

Miriam se quedo asombrada de lo que estaba oyendo.

- Debe tratarse de una deformación profesional, pensó. No puede ser. ¿Es cierto lo que estoy oyendo? La gran exclusiva no la está dando un periodista sino una “figurita” de Belén. Un Ángel acaba de anunciar a los pastores, a todos los que ahí estábamos descansando junto a la hoguera, a los que sufren, a los marginados de la sociedad,…la gran exclusiva de la historia.

Pero, al contrario de la desilusión que ella esperaba por no ser la portavoz de la misma, se levantó con el alma llena de gozo, de admiración, de arrebato.

Es más, en ese mismo instante se da cuenta de que es uno de los personajes elegidos para protagonizar el hecho más extraordinario de la humanidad. Dios ha elegido a cada uno de estos humildes y sencillos pastores como los encargados de difundir la noticia y dirigir al mundo entero hacia el pesebre.

-Ahora lo entiendo todo. No hay que temer a los poderosos Magos. A ellos les guía una estrella “que iluminaba mas que las demás” para que conozcan al Niño, al Caudillo de nuestros corazones. Ahora comprende que “Dios elige a los necios (según el mundo) para confundir a los sabios, a los débiles para sorprender a los fuertes, a los que son nada para avergonzar en su prepotencia a los que se creen algo”.

Y, como a sus compañeros de noche, una fuerza extraña le arrastra. Y todos juntos se dirigen, sin pensárselo dos veces, hacia Belén cantando aquello de: “Cantemos de alegría, cantemos sin cesar, porque un Niño ha nacido para enseñarnos a amar”.

Por el camino, llamó a Joseph por el móvil. Las palabras se le apelotonaban en la boca, con el atolondramiento propio de la que está viviendo la mejor aventura de su vida. Así, el bueno de Joseph solo pudo captar las últimas palabras de su crónica entrecortada por falta de cobertura:

-…..¡Joseph, no me negarás que la exclusiva no vale la pena!.... El acontecimiento más trascendente de la historia, ¡Dios se ha hecho hombre!

Diles a todos que acaba de nacer en una cueva el Caudillo que esperaban. Un líder que NO pretende ganar ninguna batalla militar… Solo quiere conquistar los corazones de los humildes...

……Además, el silencio de los Magos no responde a nada de lo que nos debamos preocupar, salvo por la envidia y maldad de los poderosos…. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, así como los servicios de inteligencia no deberían seguir con sus pesquisas. El oro, la mirra y el incienso no es para pagar a la Resistencia civil…. He oído que lo llevan como presente. El oro, simboliza la Realeza. El incienso, la Divinidad. Y la mirra, es el símbolo de la sangre y el dolor de Aquel que dará su vida por la humanidad….

“…y encontraron a María y a José y al niño reclinado en el pesebre. Al verlo, reconocieron las cosas que les habían sido anunciadas sobre este niño”

- Vaya, vaya, pero que tonta he sido, ¿cómo me ha costado tanto aprender la lección? , se pregunta Miriam. Pero si soy una privilegiada. ¿No he visto con asombro y oído con alegria suficientes maravillas esta noche para comunicar con entusiasmo la gloria de Dios?

Pensándolo bien, creo que no estoy a la altura de ofrecer al mundo la exclusiva del nacimiento del Niñito que es Amor, Paz, Justicia, Perdón, Gozo, Humildad,… y que, con su nacimiento, cambiará la vida de todos los habitantes de la tierra. Ahora me doy cuenta.

Y con una gran sencillez, Miriam miró al Niño y le dijo:

-Niño, pequeño mío, desde este momento doy mi corazón y mi vida entera por estar siempre, alegre y contenta, en el lugar que has elegido para mi en esta historia. Y ese lugar es el de una joven pastora, una contadora de historias, que solo sabe susurrarte al oído:

“Yo, pobre pastorcita,
le diré me perdone
lo mucho que pequé
y en la mansión eterna
un ladito me dé”.

………………………….

La autora de esta pequeña historia les desea una Feliz Navidad y les recuerda que: “En Belén se manifestó al mundo la Luz que ilumina nuestra vida; se nos reveló la Vida que nos conduce a la plenitud de nuestra humanidad. Si no se reconoce que Dios se ha hecho hombre, ¿qué sentido tiene festejar la Navidad?” “Pidamos a Dios que la violencia sea vencida por la fuerza del amor, las contraposiciones cedan su lugar a la reconciliación, la voluntad de dominio se transforme en deseo de perdón, de justicia y de paz. Que los deseos de bondad y de amor que nos intercambiamos en estos días lleguen a todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana” (Benedicto XVI)

Debate 21.

17 diciembre 2007

Feliz Navidad

13 diciembre 2007

Créanme: fuera del PP sí hay salvación.

No es una manifestación, es una celebración. En defensa de la familia cristiana, el próximo domingo día 30, en la madrileña Plaza de Colón. Y ha hecho muy bien el Arzobispado de Madrid. Celebración, no eucarística, a medio camino entre el acto litúrgico y la convocatoria pública.

¿Se invitará a los políticos? En principio no. En principio, se invita a las familias de los políticos, para que acudan como un fiel más. Hasta ahí todo bien. Pero...

Cabe la posibilidad de que los políticos de Izquierda Unida no acudan, más que nada porque no se sienten católicos. Lo mismo podría decirse de la mayoría de políticos del PSOE, aunque en esto hay excepciones, con el riesgo añadido de que una de las excepciones, sea don José Bono, conocido ecléctico que lo mismo predica en una mezquita de Tarrasa que acude a comulgar con bizcochos en San Carlos Borromeo.

En principio, no me pregunten por qué, sospecho que serían algunos líderes del Partido Popular -al menos si no se imponen las directrices de Pedro Arriola, asesor de Mariano Rajoy y eterno explorador de almas laicas- quienes acudirían a la convocatoria.

Por ejemplo, acudiría José María Aznar, bajo cuyo mandato los abortos en España pasaron de 40.00 a 80.000, y se aprobó la administración de la píldora del día después y de la distribución píldora postcoital.

¿Acudiría Alberto Ruiz Gallardón, que hoy le besa le anillo papal y mañana te matrimonia dos gays sin despeinarse?

¿Acudiría doña Esperanza Aguirre, que financia el 20% de los abortos que se perpetran en la Comunidad de Madrid, el porcentaje más alto de toda España, comunidades socialistas y nacionalistas incluidas?

¿Acudiría Federico Trillo, quien, mucho antes del gaymonio de ZP, ya había abierto las casas de la Guardia Civil a las parejas gay (no puede resistirse: es un filántropo)? ¿Acudiría, Ana Pastor, la flamante ministra de Sanidad que comenzó la masacre de embriones humanos en España en 2003, semanas antes de acudir, tocada con una mantilla, para arrodillarse ante Su Santidad durante una ceremonia de canonización?

¿Acudiría José María Michavila, bajo cuyo mandato el entonces fiscal general del Estado, paralizó las investigaciones sobre el fraude de ley permanente de las clínicas abortistas, por ejemplo, las del famoso doctor Morín, que sólo han sido posibles, qué cosa, con el Gobierno ZP?

¿Acudiría Eduardo Zaplana y Rita Barberá, los dos políticos valencianos que inauguraron las leyes de pareja de hecho y obligaron a votar contra su conciencia a todos los diputados populares de las Cortes valencianas?

¿Acudirían a aplaudir a la familia cristiana todos aquellos ministros de Aznar cuya vida familiar representa un atentado contra la familia cristiana?

Algunos piensan que fuera del PP no hay salvación; hay otros que, aún a riesgo de quedarnos en minoría, qué quieren que les diga, nos parece como que no. Pero seguramente estamos equivocados.

Artículo de Eulogio López en Hispanidad.com

12 diciembre 2007

ASI SE ABORTA EN ESPAÑA

09 diciembre 2007

"La Brújula Dorada" o cómo matar a Dios.

Acaba de estrenarse en nuestro país la película “La brújula dorada” producida por New Line Cinema y Scholastic Entertainment, y protagonizada entre otros por la actriz Nicole Kidman y el Daniel Craig. Es una película de fantasía dirigida a niños y jóvenes principalmente, pero que ya ha suscitado polémica en Estados Unidos, donde la Liga Católica ha advertido a los creyentes sobre su mensaje anticristiano.

La película corresponde al primer libro de la trilogía “La materia oscura” del autor británico Philip Pullman, ateo militante, el cual en una entrevista afirmó: “Yo no profeso ninguna religión, no creo posible que exista Dios y tengo una extrema dificultad en entender que es lo que significa “espiritual” o “espiritualidad”. Mis libros hablan de matar a Dios” (The Sidney Morning Herald, 2003). Y en otra: “Cuando ves una organización religiosa, cristiana o del tipo que sea, lo que ves es crueldad, tiranía y represión, es casi una ley universal” (Portal Cultural Surefish, 2002), entre otras declaraciones.

Si bien la productora de la película ha suavizado bastante el mensaje para no herir sensibilidades; (tanto, que en vez de ser “obispos y cardenales” (“la Iglesia”) los malos que secuestran y experimentan con niños, los han sustituido por brujas), es de esperar que produzca un “gancho” de ventas para los libros del Sr. Pullman, como se produjo con, por ejemplo, Harry Potter.

Desde el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia queremos dejar constancia del mensaje claro y directo anticristiano que tienen los libros, y que la película aparte de buscar tener éxito en taquilla con un reparto de lujo y unos efectos espectaculares, también busca aumentar la venta de libros del señor Pullman, que en última instancia busca que, como la niña heroína de la historia, los niños “maten” a Dios.

 
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Le envío unas fotografías del cartel promocional del film “La Brújula Dorada”, que realicé el pasado 27 de noviembre en la estación de RENFE ATOCHA CERCANIAS.


He comprobado que existe un mensaje escrito al revés, en el marco de la brújula (ver detalles 1 y 2). Es una frase que se repite, compuesta, al parecer, de las siguientes palabras:

“AD ASTRA INCLINANT NON NECCESSITANT”

Como no soy un experto en latín, no estoy seguro de que esas palabras tengan algún significado en nuestra lengua, aunque yo lo traduciría libremente como: “No necesitas inclinarte hacia los astros”.

Me ha sorprendido muchísimo que esa frase esté ahí, y esté escrita al revés, siendo necesaria una doble inversión (esto es, en los ejes “x” e “y”) para poder leerla sin girar la cabeza. Tampoco entiendo por qué aparece el pentagrama invertido.

He comprobado que también se puede leer el mensaje en los carteles promocionales que aparecen en las paradas de autobús. Por tanto, descarto que sea un mensaje que aparezca exclusivamente en el cartel gigante de la estación de Atocha.

Pediría a los autores de ese cartel que tuvieran la amabilidad de explicar quien y por qué les ha ordenado insertar el pentagrama invertido, y las palabras al revés. Lo único que se me ocurre, como mínimo, es que sea una alusión indirecta a lucifer (lo escribo con minúscula, porque no se merece más) lo cual resulta, en mi opinión, coherente con el ateísmo militante del autor de la novela, y coherente asimismo con la crítica oculta al Magisterio de la Iglesia Católica que no pocos expertos han advertido en la novela.

Mientras que los autores del cartel no nos den una explicación razonable cualquier interpretación es posible, por lo que creo que no vendría mal que algún experto en latín y en satanismo nos pudiera dar su punto de vista.

David del Fresno

02 diciembre 2007

Vidas al desagüe.

FORZABAN los partos inyectando a las embarazadas sustancias químicas que provocaban fortísimas contracciones en el útero; a los fetos de siete u ocho meses, les inyectaban calmantes para evitar que pataleasen y luego, apenas asomaban la cabeza, los decapitaban, o les introducían un catéter por la región occipital que les succionaba el cerebro. Para desprenderse de sus cadáveres, los introducían en una máquina trituradora que los reducía a papilla orgánica y los arrojaban al desagüe. La truculencia de los métodos empleados en esos mataderos barceloneses que, misteriosamente, la prensa insiste en llamar «clínicas» ha servido para que, siquiera durante unas horas o días, la opinión pública se estremezca de horror. Por supuesto, se trata de un estremecimiento hipócrita, el repeluzno momentáneo del monstruo que no soporta contemplar su monstruosidad reflejada en un espejo; pero basta dar la espalda al espejo para que el monstruo pueda seguir viviendo plácidamente. En apenas unos días, nuestra memoria selectiva habrá borrado la reminiscencia de tanto horror; y se seguirá abortando a mansalva, con idénticos o parecidos métodos, ante la indiferencia de los monstruos.
A las tropas americanas y británicas que, en su avance hacia Berlín, iban liberando los campos de concentración donde se hacinaban espectros de hombres no les espantaba tanto el espectáculo dantesco que se desplegaba ante sus ojos como la pretendida ignorancia de los lugareños vecinos, que habían visto llegar trenes abarrotados de presos al apeadero de su pueblo, que habían visto humear las chimeneas de los hornos crematorios, que habían visto descender la ceniza de los cuerpos sobre sus tierras de labranza y, sin embargo, habían fingido no enterarse de lo que estaba sucediendo ante sus narices. Con esta nueva forma de holocausto que es el aborto ocurre lo mismo: mucho más horrendo que el crimen de esos matarifes que trituran fetos de siete u ocho meses y arrojan sus restos al desagüe es la connivencia silenciosa de una sociedad que vuelve la espalda ante tanta bestialidad, que ya no dispone de resortes morales para sublevarse contra semejante forma de muerte industrial, que finge que no le incumbe, que incluso formula justificaciones rocambolescas que la amparen. Y que, en el colmo de la vileza, urde simulacros compasivos que traigan placidez a su existencia de monstruos: quienes se encogen de hombros ante esta nueva forma de muerte industrial suelen ser los mismos que se erigen en paladines de los derechos de los animales, los mismos que se muestran atribulados ante las consecuencias del cambio climático, los mismos que se rasgan las vestiduras cuando se enteran de que en Guantánamo se dispensa a los reclusos un trato vejatorio.
Escribíamos el otro día que nuestra época había dejado de ser humana. Tal vez este proceso de deshumanización no sea irreversible; tal vez las generaciones que nos sucedan vuelvan a contemplarse en un espejo y reúnan el valor suficiente para renegar del monstruo que les hemos cedido en herencia. Tal vez esas generaciones futuras quieran saber cómo eran sus antepasados; y entonces se desplegará ante sus ojos el espectáculo dantesco del aborto, los millones de vidas que fueron trituradas y arrojadas al desagüe cuando ni siquiera podían defenderse. Pero no les espantará tanto ese cómputo innumerable como la impiedad de aquellos antepasados que consintieron tanta bestialidad. Y todavía les espantará más saber que aquellos mismos hombres que habían renegado de su humanidad maquinaron coartadas que les permitieran sobrellevar una vida plácida mientras la trituradora se atoraba, incapaz de deglutir tanta vida reducida a papilla. Les espantará hasta la náusea saber que mientras las trituradoras de la muerte industrial trabajaban a destajo sus antepasados lloriqueaban farisaicamente recordando a las víctimas de tal o cual guerra pretérita, organizaban telemaratones solidarios, participaban muy orgullosamente en manifestaciones contra el cambio climático: simulacros de fingida humanidad en una época que había dejado de ser humana.
A esas generaciones futuras sólo les restará un consuelo: saber que, mientras sus antepasados renegaban de su condición humana, había un Dios que abrazaba amorosamente tanta vida arrojada al desagüe.

01 diciembre 2007

No más sangre inocente.

Trituradoras industriales ocultas bajo el mostrador de recepción de la clínica o junto a la sala de espera de las mujeres, para deshacerse de los cuerpos de los fetos-bebé de más de 24 semanas de gestación; desagües atascados por los restos humanos; señoras de la limpieza que administran fármacos o friegan ellas mismas los bisturíes; anestesistas sin titulación y psiquiatras que firman informes médicos sin haber visto a la paciente. Esto, que podría ser utilizado para escribir el guión de una película gore de serie B, forma parte en realidad de la declaración que un testigo protegido ha hecho en el Juzgado 33 de Barcelona, declaración a la que ALBA ha tenido acceso.

Se destapa el 'negocio' abortista

El tenebroso negocio del aborto se agrieta en España, prácticamente en paralelo a la investigación y denuncia de varios colectivos civiles a favor de la vida sobre las prácticas abortistas en nuestro país. Da igual que uno de los desencadenantes fuera el reportaje de investigación de Sally Hamilton, periodista de una televisión danesa. El hecho es que, tras veintidós años de vigencia de la ley orgánica que despenalizó el aborto en tres supuestos concretos, el “grave peligro para la vida o salud física o psíquica de la embarazada” ha convertido lo que eufemísticamente se denomina en la terminología oficial ‘interrupción voluntaria del embarazo’ en un coladero, es decir, en la realidad de un aborto prácticamente libre en España, como ha denunciado el Grupo Intereconomía desde hace años. Buena prueba de ello es el turismo abortista, es decir, los numerosos colectivos de extranjeras que vienen a ciudades españolas a abortar, especialmente a Barcelona y posiblemente Madrid, Comunidad Valenciana, Andalucía o Baleares, si vemos las estadísticas.

¿Por qué estos viajes desde países donde la legislación es a priori más laxa, por ejemplo de plazos? La respuesta es sencilla: las facilidades para vulnerar la legislación española que han ofrecido centros abortistas situados en España. Las querellas interpuestas han surtido al fin efecto, y por primera vez en más de 20 años, lo repetimos, se han producido redadas policiales y detenciones bajo la autoridad del Juzgado número 33 de lo Penal de Barcelona. La Guardia Civil ha metido los dedos en la terrible cloaca del holocausto de seres humanos ya concebidos y aún no nacidos -bebés, niños-, y se han destapado las trituradoras y las cámaras de los horrores a raíz de declaraciones de testigos protegidos y de chicas traumatizadas a las que nadie alertó. La verdad y la justicia se abren paso.